En noviembre comienzo a pensar en el
invierno, en diciembre las navidades me entretienen así que no pienso tanto en
el frío. En enero es irremediable y no hay distracciones así que siempre en
enero quiero irme a mi tierra. A esta nostalgia del calorcito se le suman la de
los sabores, colores, amores, Además de saber que allá el verano
dura todo el año. En enero odio estar aquí. Pero también debo decir que estar
aquí tiene muchas cosas buenas. La comida aquí es increíble y vayas a donde
vayas siempre comes rico, pero rico de verdad.
Hay fiestas para celebrarlo todo, desde
siempre: Las cosechas, la buena pesca y entre tantas celebraciones uno también
come siempre muy rico. Además Galicia es hermosa porque es verde y azul, es
amorosa y solidaria, es en apariencia fría pero en el fondo muy caliente, así
la definiría yo en resumidas cuentas. Y también definiría así a su gente, se la
dan de fríos pero en el fondo son calentitos. Son familiares y trabajadores. Sé
que el día que me toque marchar voy a echar de menos estar aquí y voy a
agradecer mucho todo lo que viví.
Entonces emigrar era esto. Cuando era muy
joven no entendía porque mi abuela vivía viendo la televisión española y vivía
allá con el corazón aquí, no era que la criticase, pero no podía entenderla
hasta ahora que estando aquí hago un esfuerzo enorme por no vivir con el
corazón allá.
Es difícil irse de su país sobre todo
cuando no te queda más remedio, porque tienes hijos, porque no te parece que la
vida se deba llevar así, porque no te encuentras...
Es difícil dejar amigos, familia, planes,
proyectos, vida. Es difícil llegar a un lugar nuevo y hacerse un espacio, es
difícil hacer amigos nuevos, hacer una vida nueva, pasan días, meses, años y
aunque no lo quieras debes detener el ritmo para adaptarte, olvidar la soledad,
olvidar un poco tu vida, posponer cosas y adaptarlas a lo nuevo. No es fácil a
los 6 años y mucho menos a los 36. Y entre tanto, aprendes cosas; aprendes
sobre el desapego, aprendes a ver la realidad de personas y mundos los cuales
no imaginabas, aprendes sobre ti, sobre lo que quieres, aprendes a ser más
fuerte, aprendes que lo que dejaste no vuelve, que todo se guarda en el
corazón. Le sacas lo máximo a cada llanto y continuas, porque de eso se
trata la vida.
Yo sigo aprendiendo.
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